EL PARAÍSO CANTO I, II, III, IV y V.

ANÁLISIS DE EL PARAÍSO CANTO I, II, III, IV y V

La gloria de aquel que todo lo mueve se difunde por el Universo. Dante invoca a Apolo para que éste lo llene de valor. Dante continua admirando su asenso al Paraíso; y por lo cual Beatriz le llama la atención diciéndole “No debes pues, a lo que pienso, admirarte mas más de tu ascensión. Lo más maravilloso en ti sería que, libre de todo obstáculo te hubieras sentado abajo, como lo sería el que la viva llama permaneciese quieta y apagada a la Tierra.
Primer cielo, el de la luna: las almas que no cumplieron sus votos.
Dante nos advierte que por el agua donde sigue jamás fue recorrida, Minerva sopla en su vela y Apolo lo conduce a las nueve musas que le enseñan las osas, también manifiesta la maravillosa sensación de penetrar en la luna refiriéndose a esta como una margarita que lo recibió dentro de sí. Beatriz explica que las manchas que presenta la luna son las diferentes virtudes.    
Dante ve imágenes debilitadas y creyendo que no existirán continuo su camino junto con su guía (Beatriz) pero ella le dijo que en realidad eran sustancias que habían faltado a sus votos y le dijo que les creyera todo cuanto le dijeran pues la verdadera luz que las acogía evita que tuerzan sus pasos. Aquí las almas se encuentran en una esfera muy lenta y a estas almas la virtud de la calma las calma. Dante comprende ahora porque todo en el cielo es paraíso y pregunta ¿ si es posible satisfacer un voto con alguna buena obra? A lo cual Beatriz responde que si cree que puede hacer buen uso de lo que ya ha ofrecido, es como si quisiera hacer una buena obra con una cosa mal adquirida y Dante encuentra a un alma resplandeciente que le habla y que se esconde dentro de su mismo fulgor.

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